
Somos capaces de sanar todo lo que portamos. Ser conscientes de esto es la clave para liberar.
El inicio
Cuando nos encontramos en un momento de la vida en que queremos sanar profundamente patrones, conductas, emociones, relaciones y/o enfermedades que no logramos liberar a través de procesos tradicionales de la medicina, recurrimos a métodos complementarios, y se abre un cuestionamiento natural de querer saber cuántas sesiones necesitaremos para ver y sentir resultados.
Al respecto, es importante saber que el querer controlar nuestro proceso de cura o liberación, responde a patrones culturales que venimos reproduciendo desde hace cientos de años en una cultura occidental regida por el método científico.
Por eso, si nos duele la cabeza, una aspirina lo soluciona. Basta sólo con recordar el comercial del Laboratorio Bayer: “toma aspirina y ya”, lo que nos grafica una forma de cómo nos han implantado mentalmente la idea de que la medicina efectiva, alivia un dolor rápidamente sin darle el espacio a la comprensión de ese malestar.
Así, son muchas las dolencias físicas y emocionales que adormecemos con la medicina tradicional, en vez de ver, sentir, comprender desde la conciencia, agradeciendo su manifestación y sanando lo que nos muestran: emociones, patrones de conducta, limitaciones, adicciones…
A través de esta forma, nos desconectamos de la perfección de nuestro cuerpo y de sus mensajes. En la actualidad, eliminamos el dolor sin abrazarlo, comprenderlo y agradecerle, por lo que, en respuesta a una necesidad inherente del alma por reconectar con esta sabiduría, los últimos años se han abierto muchas formas para hacernos recordar.
Las terapias complementarias son vías de sanación desde el origen. Nos reconocemos y comprendemos a través de ellas, transformándose en herramientas para regresar a esta sabiduría ancestral. Theta Healing, es una de ellas.

El terapeuta: un canal de servicio
El rol del terapeuta es muy importante, ya que su entrega y consecuencia son los canales de apertura hacia el proceso curativo que el paciente puede llegar a manifestar.
Un terapeuta debe constantemente trabajar su estado meditativo, la humildad, el servicio y la comunión fraternal, ya que mientras más limpio tenga su canal, mejor servicio entregará.
Antes de una terapia, invitamos a conocer antes a la persona que está brindando ese servicio. Es importante conectar con ella e identificar si realmente resuena contigo y lo que estás necesitando.
En la actualidad hay un alto grado de duda e incertidumbre respecto a los procesos de sanación energética o complementarios, ya que responde a un cambio paradigmático que nos está reconectando con la intuición, la sabiduría ancestral y la vida misma vista desde el lente del corazón, en vez de la razón.
Cualquier terapia es una vía de sanación real si, quien está al servicio y quien lo recibe, conectan en apertura, entrega, confianza y amor.
Este es el primer paso: la verdad del terapeuta y de quien resuena con su servicio .